por ARCADIO ACEVEDO

DEDICATORIA CORDIAL


A las volátiles, temperamentales, vaporosas enaguas de la Josefina.

EL HOMBRE VERDE
Como palomitas de maíz saltan los candidatos a huesos de “representación popular” (cornetilla en re). Conocidos por su acendrado amor al prójimo, por su espíritu de sacrificio (trompetilla en fa), menudean los aspirantes al martirio en beneficio de su amado pueblo (trompetilla en doble fu).

El pasado miércoles, en desairado acto público, tomando en cuenta el tamaño de las pretensiones, inició su carrera rumbo a la presidencia coneja el muchacho Yassir Vásquez, favorito del patrón, viejo amigo y condiscípulo suyo.

El ex titular de desarrollo social, se muestra risueño, optimista. Sólo un tsunami podría interponerse entre sus ganas de ganar y su victoria. No es para menos. No brinca a la palestra política con sólo la bendición papal encima. Lo protegen los aparatos federal, estatal y municipal. Y clerical.

Podría el joven candidato, si quisiera, recorrer la distancia (ahora reducida a 30 días) descalzo y de rodillas, al estilo guadalupano, sin temor a sufrir raspaduras ni descalabros serios en el trayecto. Sabines Guerrero, en campaña permanente desde hace años, le ha allanado el camino.


LENGUAS VIPERINAS
De la calidad del triunfo obtenido por Seth Yassir dependerá el futuro mediato de Jaime Valls y el suyo propio, aseguran los sedicentes politólogos. Dieciocho meses retirado del fogón popular, acabarán necesariamente por congelar a Jaime.

No dudan los apologistas de Yassir de la buena acogida que le dispensarán los ciudadanos conejos. Del resto se encargarán su indiscutible capacidad profesional, y su reconocido carisma, agregan. Como si lo estuvieran viendo, ya hablan de la placeada que Sabines Guerrero le dará, como antes a Sabines se la diera Salazar Mendiguchía (hoy revolcándose en el piso arrepentido, de seguro).

VIVILLO EL MUERTO
Nadie está muerto mientras respire (aunque sea por la herida). Hacerse, otra vez, de la alcaldía coneja, será para Juan como quitarle sus totis a un niño manco o bajarle las enaguas a Josefina Bonaparte.

Pese a los negros pronósticos en contra, rodeado de familiares, amigos, simpatizantes, barberos, parachicos y mariachis, el popular empresario tuxtleco Eduardo Suárez García, “Lalo Carreta” para sus amigos, acudió a la sede del Partido Verde Ecologista a registrase como precandidato de ese instituto político a la Presidencia Municipal de Tuxtla Gutiérrez.

PURO CHORO
Los suspicaces que nunca faltan, a dios gracias, presumen: “El numerito fue montado con la única intención de ponerse a salvo de las proposiciones indecorosas del PRI. El revolucionario, ya se sabe, llegará montado en cuaco conocido: Carlos Morales, especialista en deshacerles el colorido a los más pintados.

No olvidar: teniendo el coiteco los momios abrumadoramente en su contra, le ganó la diputación a don Toño Pariente (qepd), nada menos. También con el santo panista de espaldas, sólo por una nariz (y una montaña de triquiñuelas) la señora
Victoria Rincón le ganó la alcaldía.

AH, ¿TE CAE?
Fue por un gesto de caballerosidad con la dama que renunció al ayuntamiento tuxtleco cuando tan a mano lo tenía, afirma una de las aguerridas fans de Morales, antes bella y lozana, hoy arrugada y borroñosa, pero igualmente echada pa’lante.

“¿Se imaginan si Carlos (papá, tenés mi teléfono, habláme) le hubiese ganado a la señora Rincón? –dice con expresión pícara- No se la iba a acavar. El ingenio popular le habría cambiado el nombre. Todavía la llamarían Derrota Rincón.

Otro de esas y me subo a la copa de un árbol genealógico.


PALO AL MISERABLE
Empezando abril las autoridades clausurarán las farmacias que vendan medicinas sin receta de facultativo. La medida no tienden a proteger a los consorcios del ramo, dicen, sino a los ciudadanos. Auto recetarse es un atentado contra la salud.

Fingimos creerles. Pero uno se pregunta qué sucederá con los millones de mexicanos forzados a empeñar retazos de cuero, porciones de su alma, cubetas de sudor para ajustar el precio de los medicamentos. De qué miembro se desprenderán, en qué mercado rematarán sus flacas esperanzas para pagar las consultas. ¡Cane mondo!, exclamarían los italianos.


CURA SINE CURA
Cuando hablé de la facilidad con que Josefina Bonaparte se quedaba en pelotas y retozaba en el lecho, es un hecho, no invento mío.

Según los comentarios de los cronistas de la época, Napoleón Bonaparte fue protagonista de una actividad amorosa incesante durante su explosivo matrimonio con Josefina. De hacer caso a los biógrafos, los gritos y jadeos de la pareja asustaban a todo el palacio en los momentos de máximo ardor.
Según confesó Josefina, a Napoleón le gustaba el sexo veloz y furioso: "Como un bombero apagando un fuego".




OPINA POMPONIA (ONDE NO)
No les creo. Nadie habla de la capacidad y medidas de la manguera napoleónica. Todos los bomberos se quejan de las precarias condiciones en que se ven precisados a chambear, de los obsoletos trajes, de los escasos y maltratados pertrechos.

Si tan bien equipado estuviera el chaparrito, no lo hubiera sancheado la Jose. Algunos de su biógrafos (despechados, envidiosos) juran por las manos que le faltan al Cristononón de Copoya, que la seño degustó alrededor de 700 amantes a lo largo de su vida. Lo suyo no era incendio sino conflagración mundial.